Escribo...

Escribo porque mi alma se libera, guía las letras y transporta emociones... Compongo porque dialogan, silenciosamente, la pluma y el papel mientras sublimes ascienden mis versos.

viernes, 5 de junio de 2020

Espejismos


   Se sentó en el sillón. El cristal estaba frío pero igualmente, apoyó su cabeza, la inclinó y cerró los ojos. El aliento tibio empañó el vidrio del ventanal. Pensaba. Intentaba olvidar algo que le contraía el pecho, mientras sus lágrimas fluían acompasadas hasta perderse en la comisura de los labios o rodar vertiginosamente hacia el vacío.
   Miró tras el cristal…perdió su mirada hacia algún punto lejano…El corazón cabalgaba en su pecho y una fuerte opresión culminó en un profundo suspiro.
   Pensaba en un mundo de reflejos procedentes de infinitas realidades que se fusionaban delante de sus ojos. Recordó las ilusorias sendas por las había transitado alguna vez…eligió una de ellas aparentando creer que el suelo que pisaba, efectivamente, existía ahora. Podía sentir el camino como si estuviera descalza…lo sentía frío, húmedo y áspero.
   Mientras tanto, la lluvia caía y dejaba morir en el cristal millones de gotas que se deslizaban hasta desaparecer.
   Ella continuó caminando por esa senda imaginaria. Marchaba aunque permanecía frente a su reflejo en el vidrio…sin entender hacia dónde la llevaban sus pasos… lo interesante de este recorrido era comprender que nada se podía comprender… era lo absurdo de un sueño.
   Así, se sumergió en el mundo de los reflejos pretendiendo recrear su realidad…
   Continuó soñando despierta. Veía imágenes debajo de la lluvia. Estaba serena ahora. Llevaba en las manos sus zapatos mojados y de este modo, descalza, se dejó conducir hacia el corazón de un tupido bosque.
   Dentro del frondoso ambiente, lo encontró a él. En ese momento, se sintió más segura y lo abrazó en silencio…
   La mente luchaba por contener esa imagen, pero se tornó difusa, lentamente… se evaporó como un aliento o un suspiro remoto…su mente aterrizó y tomó conciencia de que todo era un espejismo, ilusión que su mente proyectó como gris fachada de una intrascendencia mayúscula.
   Finalmente, reacomodó su cabeza en la fría superficie…se sentía cansada y el sueño la iba tomando suavemente. Quería relajarse, pero el frío que sentía era penetrante. Entonces, abrió los ojos y con estupor observó que se encontraba descalza y que su ropa estaba empapada…



Junio 2020.