Deseo sentir en verano
las manos frías, una a una;
caminar descalza tramo a tramo
iluminada por la luna.
Ascender los sueños por la ladera
acariciando el suelo, mis talones;
tocar cada estrella que se aglomera
en la brisa que emite dulces sones.
Quiero palpar algo lejano
o descansar entre quimeras;
tenderme en las nubes, sendero plano
de nochecitas en la ribera.
Cielo e impulso,
noche y mar.
Se mezcla mi sangre
de tierra y sal.
Más allá de la aurora,
de las nubes... más arriba
deseo perderme en las horas.
Sentir que estoy en la cima. (Mayo 2012)
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